Las úlceras por presión aparecen cuando la piel está comprimida durante mucho tiempo, como ocurre en pacientes encamados o en silla de ruedas. La falta de circulación produce daño en la piel y el tejido subyacente, y si no se actúa a tiempo pueden volverse graves. Aquí te explico de forma práctica cómo evitarlas y qué plantas pueden ayudar a curarlas.
El primer paso es mover el cuerpo cada dos horas. Cambiar de posición al acostarse o ajustar la silla reduce la presión sobre los puntos críticos (talones, coxis, codos). Usa colchones o cojines antiescaras; son económicos y hacen gran diferencia. Mantén la piel limpia y seca: la humedad favorece la aparición de lesiones. Además, una buena hidratación y una dieta rica en proteínas y vitaminas (especialmente C y Z) fortalecen la piel y aceleran la cicatrización.
Cuando ya tienes una úlcera ligera, algunas plantas medicinales pueden acelerar la recuperación. El gel de aloe vera es antibacteriano y alivia el dolor; aplícalo directamente sobre la herida una vez al día. La caléndula en forma de crema o infusión tiene propiedades antiinflamatorias; puedes hacer una compresa con té de caléndula y colocarla sobre la zona.
La miel de Manuka o cualquier miel cruda es un gran cicatrizante. Cubre la úlcera con una capa fina y deja actuar 30 minutos antes de retirar. El aceite de coco también ayuda a mantener la humedad y a evitar infecciones, márcalo con suavidad después de la limpieza.
Si prefieres algo más fuerte, la hamamelis (witch hazel) aplicada con algodón reduce el sangrado y la inflamación. La consuelda, conocida como “curación de la herida”, se puede preparar en infusión y usar como enjuague diario. Todo esto funciona mejor si la zona está libre de pus y bien ventilada.
Recuerda que los remedios naturales complementan, no sustituyen, la atención médica. Si la úlcera empeora, aparece enrojecimiento intenso, mal olor o fiebre, acude al profesional. En muchos casos se combina la ayuda de plantas con curas médicas como apósitos impregnados o antibióticos, y el médico indicará la mejor combinación.
En resumen, la prevención diaria (cambios de posición, buen colchón, higiene) y el uso de plantas como aloe, caléndula, miel o hamamelis pueden marcar la diferencia. Mantén la piel nutrida, revisa las áreas de riesgo cada día y actúa rápido ante cualquier señal. Con estos pasos simples, reducirás el riesgo de úlceras por presión y ayudarás a que tu cuerpo se recupere de forma natural.
Guía clara y práctica sobre el papel de vitaminas y suplementos en la prevención y curación de llagas: aftas, herpes labial y úlceras cutáneas. Dosis, evidencia y seguridad.
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