Anticonceptivos hormonales: qué son y cómo elegirlos

Si buscas evitar un embarazo y prefieres un método que no requiera dispositivos, los anticonceptivos hormonales son una opción muy popular. Funcionan liberando hormonas que impiden que el óvulo se libere o que el esperma lo fertilice. En la práctica, la mayoría de la gente los usa como píldoras, parches o anillos, pero también existen inyecciones y implantes. Cada forma tiene sus ventajas y desventajas, así que vale la pena conocerlas antes de decidir.

Tipos más comunes

La píldora combinada mezcla estrógeno y progestina. Se toma cada día a la misma hora y, si te olvidas una, suele haber margen para recuperarse. La píldora solo de progestina es ideal para mujeres que no toleran estrógeno; no necesita tomarse a la misma hora, pero el sangrado puede ser irregular.

Los parches se aplican sobre la piel una vez a la semana y liberan hormonas de forma continua. Son discretos y evitan el olvido diario, aunque algunas personas notan irritación cutánea.

El anillo vaginal, como el NuvaRing, se coloca dentro de la vagina durante tres semanas y se retira la cuarta para sangrar. Es cómodo y no se nota, pero es importante seguir la secuencia para mantener la eficacia.

Las inyecciones (por ejemplo, Depo‑Provera) se aplican cada tres meses en el brazo o glúteo. Son muy efectivas, pero pueden causar cambios en el ritmo menstrual y, en algunos casos, aumento de peso.

Finalmente, el implante subdérmico (como Nexplanon) se inserta bajo la piel del brazo y protege durante hasta tres años. Es casi discreto y no requiere mantenimiento, pero su extracción requiere a un profesional.

Cómo usarlos y qué tener en cuenta

Antes de iniciar cualquier método hormonal, consulta a tu médico. Él revisará tu historial, alergias y factores de riesgo como hipertensión o antecedentes de trombosis. No todos los anticonceptivos son seguros para todas las mujeres; por ejemplo, la píldora combinada está contraindicada en fumadoras mayores de 35 años.

Una vez que elijas el método, sigue las indicaciones al pie de la letra. Con la píldora, usa una alarma o una app para no olvidar la toma. Con parches o anillos, revisa la fecha de cambio y guarda los residuos en un lugar seguro.

Observa cómo reacciona tu cuerpo. Algunas mujeres experimentan náuseas, dolor de cabeza o cambios en el humor al principio; suelen desaparecer en un par de meses. Si notas sangrado intenso, coágulos o síntomas graves como dolor en el pecho, contacta a tu doctor de inmediato.

Recuerda que los anticonceptivos hormonales no protegen contra infecciones de transmisión sexual (ITS). Si tienes relaciones sin protección con una pareja nueva, usa preservativo además del método hormonal.

Si decides cambiar de método, hazlo bajo supervisión médica para evitar periodos sin cobertura. La mayoría de los expertos recomiendan iniciar el nuevo método el mismo día que termina el anterior, aunque algunos requieren una pausa.

En resumen, los anticonceptivos hormonales ofrecen comodidad y alta eficacia, pero requieren información y seguimiento. Elige el que mejor se adapte a tu estilo de vida, revisa posibles efectos secundarios y mantén una buena comunicación con tu profesional de salud. Así tendrás control, seguridad y tranquilidad en tu vida sexual.

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