Servicios farmacéuticos transfronterizos en la UE: Cómo acceder a medicamentos genéricos en otro país

Servicios farmacéuticos transfronterizos en la UE: Cómo acceder a medicamentos genéricos en otro país nov, 12 2025

¿Alguna vez te has quedado sin tu medicamento genérico mientras viajas por Europa y no sabes cómo conseguirlo en otro país? Muchos ciudadanos de la UE enfrentan este problema, aunque ya existe un sistema legal para resolverlo: la receta electrónica transfronteriza. Desde 2011, la Unión Europea garantiza que puedes obtener tus medicamentos en cualquier país miembro, siempre que tengas una receta válida y el medicamento esté autorizado allí. Pero la realidad es más complicada de lo que parece.

¿Cómo funciona realmente la movilidad de medicamentos en la UE?

El sistema se basa en dos herramientas clave: la ePrescription y el Patient Summary. La primera permite que tu receta médica se envíe electrónicamente desde tu país de residencia a una farmacia en otro país de la UE. La segunda te da acceso a un resumen de tu historial médico -alergias, medicamentos que tomas, enfermedades crónicas- en el idioma del farmacéutico extranjero. Todo esto funciona gracias a la infraestructura eHDSI, conectada bajo la marca MyHealth@EU.

Actualmente, 27 países de la UE y el Espacio Económico Europeo ya tienen este sistema activo. Si vives en Alemania y viajas a Austria, puedes pedir tu metformina genérica en una farmacia vienesa sin necesidad de llevar papel. Solo necesitas tu identificación electrónica nacional y haber autorizado el intercambio de datos en tu portal de salud.

El proceso es sencillo en teoría: 1) Tu médico emite la receta electrónica en tu país; 2) La receta se envía a través de la red segura de la UE; 3) La farmacia en el extranjero la recibe, verifica tu identidad y te entrega el medicamento. Pero en la práctica, muchas cosas pueden fallar.

¿Por qué no todos los países lo hacen igual?

Aunque la ley es la misma para todos, la implementación no lo es. Solo 8 países de la UE tienen reglas claras sobre cómo deben actuar los farmacéuticos en las farmacias online. El resto operan en un limbo legal. Esto crea desigualdades.

En Irlanda, por ejemplo, una receta emitida por un médico de Reino Unido -aunque sea de un servicio de telemedicina reconocido- es inválida. El farmacéutico está obligado a rechazarla, incluso si el medicamento es exactamente el mismo que se vende en la UE. Esto afecta a miles de personas que usan servicios de telemedicina británicos por su bajo costo o conveniencia.

Italia, en cambio, ha modernizado su sistema: desde febrero de 2025, ya no usa los tradicionales sellos de papel en las recetas. En su lugar, incluye un código GS1 DataMatrix, que se escanea digitalmente y valida automáticamente en cualquier farmacia europea. Es un paso adelante, pero pocos países lo han seguido.

La falta de armonización también se ve en los formatos de las recetas. En España, la receta electrónica lleva un código de barras y un número de identificación único. En Polonia, usa un formato diferente. Un farmacéutico en Lituania puede tardar 20 minutos en verificar una receta española porque su sistema no la reconoce de inmediato.

¿Qué pasa con los medicamentos genéricos?

Los genéricos son el corazón de esta movilidad. Son más baratos, igual de eficaces y están autorizados en toda la UE. Pero no todos los genéricos están disponibles en todos los países. Una pastilla de omeprazol de 20 mg puede tener un nombre distinto, una formulación ligeramente diferente o estar simplemente agotada en el país donde estás.

Esto es especialmente problemático para pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes. Si tu medicamento habitual no está en la farmacia local, el farmacéutico puede ofrecerte una alternativa, pero solo si está autorizada y si tu historial médico lo permite. Aquí entra en juego el Patient Summary: sin él, el farmacéutico no sabe si puedes tomar otra marca sin riesgos.

Según un estudio de Copenhagen Economics, el uso de estos sistemas reduce los errores de medicación en un 22%. Pero eso solo ocurre cuando el sistema funciona bien. En regiones sin redes transfronterizas establecidas, como el sur de Francia o el este de España, solo el 42% de los viajeros logran obtener sus medicamentos sin problemas.

Receta electrónica viaja digitalmente de Alemania a Austria, verificada por un farmacéutico.

Las zonas fronterizas son las que más lo aprovechan

En las fronteras, la movilidad farmacéutica funciona casi como un servicio local. En la zona entre España y Portugal, muchos pacientes van a farmacias en el otro lado porque los precios son más bajos o porque tienen más stock de ciertos genéricos. En la frontera entre Alemania y Países Bajos, las farmacias tienen personal bilingüe y acuerdos directos con hospitales vecinos.

Un sondeo de la Universidad de Copenhague reveló que el 78% de los residentes en estas zonas han usado la receta electrónica transfronteriza al menos una vez. En contraste, en regiones alejadas de las fronteras, solo el 38% de los ciudadanos saben que tienen derecho a hacerlo. La falta de información es el mayor obstáculo.

Si vives en Salamanca y necesitas un medicamento que no hay en tu farmacia, puedes intentar ir a una en Portugal. Pero si no sabes cómo pedir la receta electrónica, o si no tienes acceso a tu portal de salud, el derecho existe, pero no lo puedes ejercer.

¿Qué necesitas para usarlo?

Para acceder a medicamentos en otro país de la UE, necesitas tres cosas:

  1. Una receta electrónica válida emitida por tu médico en tu país de residencia. No sirve una receta impresa ni una foto.
  2. Identificación electrónica nacional: en España es el DNI electrónico, en Alemania el eID, en Francia la carte Vitale con chip.
  3. Consentimiento activo: debes haber autorizado, en tu portal de salud, que tu receta y tu resumen médico se compartan con farmacias en el país de destino. Esto no es automático.

En Islandia, que se integrará completamente en agosto de 2025, los pacientes deben loguearse en island.is, seleccionar qué países pueden ver sus datos y por cuánto tiempo. Es un proceso de tres pasos. En muchos países, no hay guías claras para los pacientes. El resultado: confusión y frustración.

Los problemas que nadie te cuenta

Hay tres grandes obstáculos que no aparecen en los folletos de la UE:

  • El idioma: aunque el Patient Summary se traduce, no siempre se actualiza. Tu historial de alergias puede estar en inglés, pero el farmacéutico en Rumania no lo entiende bien.
  • Las diferencias en las formulaciones: un genérico de ibuprofeno en Croacia puede tener un excipiente diferente al de España. No es peligroso, pero puede causar reacciones en personas sensibles.
  • La falta de formación de los farmacéuticos: un estudio de la EAEP encontró que los farmacéuticos necesitan al menos 40 horas de entrenamiento para manejar correctamente las recetas transfronterizas. Muchos no las han recibido.

Además, si tu medicamento es de los llamados “críticos” -como los usados en cáncer o epilepsia-, la UE ha creado una nueva plataforma, el European Shortages Medicines Platform, para rastrear su disponibilidad. Pero no todos los países la usan bien. A veces, un medicamento está disponible en Francia pero no en la base de datos de la UE, y tu farmacia en Polonia no lo ve.

Ciudadanos europeos en la frontera España-Portugal obtienen medicamentos genéricos en una farmacia bilingüe.

¿Qué está cambiando en 2025?

La UE está impulsando una reforma profunda. El Critical Medicines Act obliga a las empresas farmacéuticas a reportar en tiempo real sus niveles de producción y stock. El Health Technology Assessment Regulation busca armonizar cómo se evalúan los medicamentos en cada país, lo que podría acelerar la aprobación de genéricos.

La EAEP, la asociación de farmacias digitales, advierte que sin una acción coordinada, la movilidad seguirá siendo desigual. “Sin alineación regulatoria rápida, la inclusión digital quedará limitada a unos pocos países”, dicen en su plan de acción de junio de 2025.

El futuro incluye compartir imágenes médicas, resultados de laboratorio y informes de hospital en la red MyHealth@EU para 2027. Pero eso depende de que los países inviertan en sus sistemas nacionales. Muchos aún usan software de 2015.

¿Qué puedes hacer tú?

Si viajas a otro país de la UE y necesitas medicamentos:

  1. Antes de salir, revisa si tu médico emite recetas electrónicas. Si no lo hace, pídele que lo haga.
  2. Accede a tu portal de salud nacional y activa el intercambio de datos con los países que visitarás.
  3. Descarga tu Patient Summary en PDF y llévalo contigo como respaldo.
  4. Busca farmacias que acepten recetas electrónicas de la UE: muchas tienen un logotipo de MyHealth@EU en la puerta.
  5. Si te rechazan la receta, pide el nombre del farmacéutico y el número de la farmacia. Puedes denunciarlo a tu punto de contacto nacional de salud digital.

No asumas que todo funciona. No confíes en la suerte. Si tu medicamento es esencial, lleva un suplemento contigo. Pero también, no dejes de usar tu derecho. La UE te lo dio. Solo necesitas saber cómo usarlo.

¿Qué pasa si no tienes receta?

Si te quedas sin medicamentos y no tienes receta, no puedes comprar un genérico en una farmacia europea como si fuera un producto normal. En casi todos los países, los medicamentos con receta no se venden sin ella, incluso si son genéricos. Las farmacias online que prometen vender sin receta están operando ilegalmente. Puedes terminar con un medicamento falso, o con un problema legal.

En casos de emergencia, algunos países permiten un suministro limitado de hasta 30 días, pero solo si el medicamento está en su lista de esenciales y si puedes demostrar que lo tomabas antes. No es una regla general. Pregunta siempre.

1 Comment

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    Soledad Acevedo

    noviembre 12, 2025 AT 23:59

    Yo en Salamanca lo uso todo el tiempo, voy a la farmacia de Almeida en Portugal y me sale la mitad de barato. El sistema funciona, solo hay que saberlo. Mi abuela lo usa y hasta le gustó que le hablaron en portugués.

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