Sarna y Piojos: Infestaciones Parasitarias y Cómo Erradicarlas

Si tu hijo vuelve del cole con picazón constante en el cuero cabelludo, o si después de un viaje notas rascaduras extrañas entre los dedos y en las muñecas, no es solo alergia ni piel seca. Podría ser sarna o piojos. Dos infestaciones parasitarias comunes, muy distintas en apariencia, pero igual de incómodas y contagiosas. Y lo peor: muchas personas las tratan mal, y eso hace que vuelvan una y otra vez.

¿Qué es la sarna y cómo se transmite?

La sarna no es una infección por hongos ni bacterias. Es causada por un ácaro minúsculo, Sarcoptes scabiei var. hominis, que se cava bajo la piel para poner huevos. Este ácaro es tan pequeño que no se ve a simple vista, pero sus túneles -líneas finas como hilos de hilo- aparecen entre los dedos, en las muñecas, en los genitales, y a veces en los codos o axilas. La picazón es intensa, especialmente por la noche, porque es cuando el ácaro se mueve más.

Se transmite por contacto piel con piel prolongado: abrazar, compartir cama, o incluso sentarse juntos en el sofá durante horas. No se contagia solo por tocar una silla o una toalla -aunque en casos graves, como la sarna crusted (o noruega), hasta eso puede ser suficiente. Es común en guarderías, residencias de ancianos, o en hogares con muchas personas viviendo juntas. La OMS estima que hay 204 millones de casos en el mundo cada año, y en muchos lugares se considera una enfermedad tropical olvidada.

¿Y los piojos? ¿Son lo mismo?

No. Los piojos son insectos, no ácaros. Hay tres tipos: los de la cabeza (Pediculus humanus capitis), los del cuerpo (P. humanus corporis), y los del vello púbico (Pthirus pubis). Los más frecuentes son los de la cabeza, que afectan a entre 6 y 12 millones de niños en EE.UU. cada año, principalmente entre 3 y 11 años.

Los piojos no saltan ni vuelan. Se arrastran de cabeza a cabeza, normalmente por compartir gorros, peines, o por estar muy cerca en el aula. No tienen nada que ver con la higiene. Un niño bien lavado puede tener piojos, y otro que nunca se baña puede no tenerlos. Lo que importa es el contacto directo.

La picazón viene de la reacción alérgica a la saliva del piojo cuando pica para alimentarse. Los huevos (liendres) se pegan fuerte al cabello, cerca del cuero cabelludo. A veces se confunden con caspa, pero no se sacan con el cepillo: hay que deslizarlos con un peine fino.

Tratamientos efectivos: lo que realmente funciona

El tratamiento de la sarna y los piojos no es lo mismo, y usar el producto equivocado hace que la infestación persista.

Para la sarna, el estándar de oro es la crema de permethrin al 5%. Se aplica de la cintura para abajo -incluyendo entre los dedos, debajo de las uñas, y en los genitales- y se deja actuar entre 8 y 14 horas antes de lavarse. Se recomienda repetir la aplicación una semana después, porque los huevos no mueren con la primera dosis. La tasa de éxito es del 92,5% si se hace bien.

Otra opción es la ivermectina oral. Aunque no está aprobada específicamente para la sarna en EE.UU., muchos médicos la recetan. Se toma en dos dosis, separadas por 7 a 14 días, con comida para que se absorba mejor. En estudios, una sola dosis cura al 86% de los pacientes, y con la segunda, casi todos se curan. Es ideal para brotes en comunidades, como residencias o escuelas, porque no requiere aplicar crema en todo el cuerpo.

En niños mayores de 4 años, ahora está aprobada la spinosad líquida al 0,9%. Es más fácil de aplicar que la crema, y no requiere lavado. Funciona bien y tiene menos efectos secundarios.

Para los piojos, el permethrin también es la primera opción. Pero aquí hay un problema: en muchas zonas de EE.UU., hasta el 30% de los piojos son resistentes a él. Si la crema no funciona, se recurre a la ivermectina oral (una sola dosis) o a la spinosad líquida, que sigue siendo efectiva contra piojos resistentes. La ivermectina oral también se usa en casos de piojos del cuerpo, que son más raros pero peligrosos porque pueden transmitir enfermedades como el tifus.

Lo que no funciona -y por qué evitarlo

Hay productos que aún se venden, pero que los expertos desaconsejan. Uno es el lindano. Es un líquido tóxico que puede afectar el sistema nervioso, especialmente en niños y mujeres embarazadas. Está prohibido en muchos países y ya no se vende en EE.UU. por seguridad.

Otro error común: usar aceites, vinagre, o alcohol. Algunos creen que ahogan a los piojos o disuelven las liendres. Pero no hay evidencia científica de que funcionen. El vinagre no afloja las liendres como dicen. El aceite de coco puede hacer que los piojos se adhieran más. Y el alcohol no penetra en la piel donde están los ácaros de la sarna.

También hay quienes piensan que si no hay picazón, no hay infestación. Falso. Algunas personas tardan semanas en reaccionar. Por eso, si alguien en casa tiene sarna o piojos, todos los que comparten cama o espacio cercano deben tratarse al mismo tiempo, aunque no tengan síntomas.

Errores que hacen que vuelva la infestación

La mayoría de los casos que vuelven no son por tratamiento ineficaz, sino por errores de aplicación.

Con la crema de permethrin, la gente suele olvidar:

• Aplicarla entre los dedos y bajo las uñas
• No dejarla actuar las 8 horas mínimas
• Olvidar la segunda dosis
• No tratar a los contactos cercanos

Una auditoría en una clínica dermatológica en California encontró que el 12,3% de los fracasos se debieron a aplicación incompleta, y el 7,8% a que la gente se lavó antes de las 8 horas.

Con los piojos, el error más común es no usar el peine fino después del tratamiento. El champú o la crema mata a los piojos vivos, pero no siempre a los huevos. Hay que pasar el peine de dientes muy finos cada 2-3 días durante dos semanas para sacar los huevos que sobrevivieron.

También se limpia mal la casa. No hay que fumigar. Basta con lavar ropa, sábanas y toallas en agua caliente (más de 50°C) y secarlas en secadora alta. Los objetos que no se pueden lavar -como peluches o almohadas- se meten en una bolsa hermética durante 72 horas. Los piojos y ácaros mueren sin contacto humano.

¿Qué pasa en casos graves o resistentes?

La sarna crusted, también llamada noruega, es rara pero peligrosa. Aparece en personas con sistemas inmunes debilitados -como ancianos, pacientes con VIH, o con enfermedades neurológicas-. En estos casos, hay miles de ácaros en la piel, y se contagia fácilmente. El tratamiento requiere combinar ivermectina oral con permethrin tópico, y a veces se necesitan varias dosis. En un estudio en una residencia de ancianos, el uso de dos dosis de ivermectina logró erradicar la infestación en el 98,7% de los residentes.

En zonas endémicas como las Islas Salomón, los programas de salud pública han combinado la ivermectina con azitromicina -un antibiótico- para tratar a la vez la sarna y el tracoma (una enfermedad ocular). En un programa que trató a más de 26.000 personas, la eficacia contra la sarna subió al 95-100% con una dosis doble de ivermectina (0,4 mg/kg en lugar de 0,2 mg/kg).

Para los piojos resistentes, la combinación de spinosad y peine fino sigue siendo la mejor estrategia. Algunos médicos ahora recomiendan usar ivermectina oral incluso como primera opción si se sabe que en la zona hay alta resistencia al permethrin.

El futuro del tratamiento

La ciencia no se detiene. En 2023, se desarrolló un modelo experimental con cerdos infectados con sarna, lo que permite probar nuevos fármacos antes de usarlos en humanos. Hay tres compuestos nuevos en ensayos clínicos que prometen matar los huevos de los ácaros -algo que ninguna crema actual hace bien.

La Organización Mundial de la Salud estima que, si se siguen los programas de masificación con ivermectina, se podría reducir la sarna global en un 60-75% para 2030. Pero hay un riesgo: la resistencia. Si se abusa de los tratamientos, los ácaros y piojos podrían volverse inmunes a todo.

Por eso, lo más importante no es solo tratar, sino hacerlo bien: con los productos correctos, en las dosis adecuadas, y con la ayuda de toda la familia. No hay milagros. Pero sí hay soluciones reales, probadas, y accesibles.

¿Qué hacer si el tratamiento no funciona?

Si después de aplicar correctamente el tratamiento -con la segunda dosis y el peine fino- sigues con picazón o ves piojos vivos, no te desanimes. Puede que:

• El tratamiento no se aplicó bien (falta de cobertura)
• La infestación es resistente
• Hay reinfestación por contacto con alguien no tratado
• La picazón persiste por reacción alérgica, aunque ya no haya parásitos

En esos casos, acude a un dermatólogo. No vuelvas a usar el mismo producto. Pide un diagnóstico confirmado: a veces lo que parece sarna es eccema, y lo que parece piojos es caspa o reacción al champú.

Recuerda: no es culpa tuya. No es por no lavarte. Es por un parásito que ha evolucionado para sobrevivir. Y ahora sabes cómo vencerlo.