Estabilidad y vida útil: degradación genérica y seguridad en productos farmacéuticos y alimentarios

Estabilidad y vida útil: degradación genérica y seguridad en productos farmacéuticos y alimentarios dic, 27 2025

¿Alguna vez te has preguntado por qué tus medicamentos tienen una fecha de caducidad? O por qué algunos alimentos se echan a perder más rápido que otros, aunque estén en el mismo estante? La respuesta no es solo cuestión de tiempo, sino de estabilidad. Es un concepto técnico, sí, pero también una cuestión de vida o muerte. En medicina y alimentación, la estabilidad y la vida útil no son detalles técnicos de laboratorio: son garantías de que lo que tomas o comes no te hará daño.

¿Qué significa realmente "estabilidad"?

La estabilidad no es solo que el producto no se vea mal. Es que mantenga su composición química, su eficacia y su seguridad desde el momento en que sale del fabricante hasta que lo usas. La definición formal de Kappa Laboratories lo dice claro: es la capacidad de un producto para conservar, dentro de límites aceptables, las mismas propiedades que tenía al empaquetarse. Si un medicamento pierde el 15% de su principio activo en seis meses, ya no es seguro. Si un jarabe se vuelve espeso y no se puede medir la dosis, ya no es útil. Si una crema desarrolla moho, ya no es apta para la piel.

Esto no es algo que se adivina. Se mide. Y se mide en cuatro áreas clave: química, física, microbiológica y funcional.

  • Estabilidad química: Se analiza con cromatografía de alta presión (HPLC) para detectar impurezas. La norma ICH Q3B dice que cualquier impureza desconocida no debe superar el 0,1%. Si un medicamento genera más de eso, se considera inseguro.
  • Estabilidad física: Mira cómo se comporta el producto en el mundo real. ¿Se separa? ¿Cristaliza? ¿Se vuelve pegajoso? En tratamientos de fibrosis quística con nanopartículas, si las partículas crecen más de 200 nanómetros, dejan de funcionar. Porque su ventaja está en su tamaño pequeño.
  • Estabilidad microbiológica: ¿Puede crecer moho o bacterias dentro del envase? Para productos no estériles, el límite es menos de 100 unidades formadoras de colonias por gramo. Para inyectables, se exige un nivel de seguridad de esterilidad de 1 en 1 millón.
  • Estabilidad funcional: ¿Funciona como debe? Un inhalador debe entregar siempre la misma dosis. La norma USP <4> exige que cada dosis esté entre el 90% y el 110% de lo indicado en la etiqueta.

¿Cómo se prueban estas cosas?

No se puede esperar tres años para saber si un medicamento dura tres años. Por eso hay dos tipos de pruebas: de larga duración y aceleradas.

Las pruebas de larga duración se hacen en condiciones reales: entre 15°C y 30°C, con humedad relativa de 60%. Se toman muestras cada 3, 6, 12, 24 y 36 meses. Es lento. Pero es el único método que te dice con certeza cuánto dura el producto.

Las pruebas aceleradas son más rápidas: 40°C y 75% de humedad durante 6 meses. Si el producto se degrada mucho en ese tiempo, sabes que no durará mucho en condiciones normales. Pero aquí está el truco: no siempre predice lo que pasa en la vida real.

Un caso real: un laboratorio hizo pruebas aceleradas y no vio nada malo. Pero cuando pasaron 24 meses en condiciones normales, el producto cristalizó. No lo habían detectado porque la temperatura alta cambió el mecanismo de degradación. Resultado: 18 meses de trabajo y $250,000 perdidos.

La FDA y la EMA saben esto. Por eso no permiten extrapolaciones más allá del doble del tiempo de prueba. Si tienes 12 meses de datos reales, puedes estimar hasta 24 meses. Pero no más. Y siempre necesitas al menos tres lotes de producción para hacer la prueba. No uno. Tres.

Los medicamentos genéricos no son iguales

Una de las mayores confusiones es pensar que un medicamento genérico es idéntico al de marca. No lo es. Puede tener el mismo principio activo, pero diferentes excipientes, diferentes procesos de fabricación, diferentes envases.

Un estudio de la FDA en 2020 encontró que el 17,3% de los genéricos de levotiroxina (para el tiroides) tenían problemas de estabilidad que no tenía la marca Synthroid. ¿La causa? El envase no protegía bien de la humedad. Y eso cambia la química del fármaco. No es un defecto de calidad, es un diseño diferente. Y eso afecta la vida útil.

Esto es crucial. Si tu genérico se degrada más rápido, puede no funcionar. O peor: puede generar subproductos tóxicos. Por eso, los genéricos deben pasar por las mismas pruebas de estabilidad que los de marca. Pero muchas veces, los fabricantes no invierten lo mismo. Y los consumidores no lo saben.

Lo que nadie te dice: la documentación es tu salvavidas

La FDA no te multa por un medicamento que se degrada. Te multa por no haberlo detectado. Y la mayoría de las inspecciones que terminan en avisos (Formulario 483) no son por productos defectuosos. Son por documentación deficiente.

Decir "almacenado a temperatura ambiente" no sirve. ¿Qué temperatura? ¿22°C? ¿28°C? ¿Y la humedad? ¿La registraste cada hora? ¿Tienes un sistema de alarma si sube a 31°C? Si no lo tienes, te citan. El 80% de los problemas de estabilidad en inspecciones vienen por esto.

Y no es solo farmacéutico. En la industria alimentaria, el agua activa (aw) y el pH son claves. Un caldo de verduras refrigerado que tiene un aw demasiado alto puede crecer Listeria. Un producto con pH incorrecto puede perder conservadores. Los laboratorios que usan monitoreo continuo de estos parámetros logran extender la vida útil hasta un 22% más que con métodos tradicionales.

Botella de medicamento en condiciones ideales vs. expuesta al calor y la humedad en transporte y almacenamiento.

El futuro está en predecir, no en esperar

La ciencia de la estabilidad ya no es solo medir después de que pasa algo. Está evolucionando hacia la predicción. El consorcio IQ desarrolló herramientas de modelado predictivo que, en pruebas con Amgen y Merck, redujeron el tiempo para determinar la vida útil en un 30%.

Estas herramientas usan datos de degradación en múltiples temperaturas, modelos matemáticos y algoritmos de inteligencia artificial. No reemplazan las pruebas reales, pero las hacen más inteligentes. Y ya están siendo usadas en nuevos productos. La FDA está probando un programa de manufactura continua, donde la vida útil se determina en tiempo real, no en lotes. En pruebas, lograron reducir el tiempo de determinación en un 40%.

El problema es que la regulación va lenta. Aunque ICH Q1A(R2) dice que se pueden usar enfoques alternativos si están justificados científicamente, nadie sabe exactamente qué es "aceptable". Por eso, muchas empresas no se arriesgan. Y pierden tiempo y dinero.

¿Y qué pasa en países con menos recursos?

En países de altos ingresos, menos del 1,2% de los medicamentos fallan en pruebas de estabilidad. En países de bajos ingresos, ese número sube al 28,7%. ¿Por qué? No es por mala fabricación. Es por el transporte. Por almacenamiento en almacenes sin aire acondicionado. Por camiones que llevan medicamentos en el sol durante horas.

La OMS lo confirma: el 70% de los medicamentos que llegan a comunidades rurales en África o Asia ya han perdido eficacia antes de ser usados. No porque sean falsos. Porque no se mantuvieron fríos. La estabilidad no termina en la fábrica. Termina cuando el paciente lo toma.

El cambio climático también afecta tu medicina

Un estudio del MIT proyecta que, para 2050, el aumento de temperaturas globales reducirá la vida útil promedio de los medicamentos en 4,7 meses. Porque los almacenes en ciudades como Miami, Nueva Delhi o Ciudad de México ya superan los 30°C más de 87 días al año. Y los medicamentos no saben de climatización.

Las farmacias, los hospitales, las cadenas de distribución, todos tendrán que invertir en sistemas de refrigeración. O perderán productos. O, peor, los pacientes tomarán medicamentos ineficaces.

Mano sosteniendo medicamento y comida con representaciones visuales de degradación y mapas de riesgo climático.

¿Qué puedes hacer tú?

Como paciente o consumidor, no puedes controlar la estabilidad de los productos. Pero puedes ser consciente.

  • Guarda tus medicamentos donde te diga la etiqueta. No en el baño, no en el coche, no en el alféizar de la ventana.
  • Si un medicamento cambia de color, olor o textura, no lo uses. No es "una tonalidad diferente". Es degradación.
  • Si un alimento enlatado tiene la tapa abombada, o huele raro, no lo comas. La estabilidad microbiológica falló.
  • Confía en los genéricos, pero no asumas que son idénticos. Si notas que un genérico no te hace el mismo efecto que el de marca, habla con tu médico.

La estabilidad no es un tema de laboratorio. Es un tema de confianza. De seguridad. De vida. Y cada vez que tomas un medicamento o comes un alimento, estás confiando en que alguien hizo su trabajo bien. Que alguien midió, registró, controló. Que nadie se saltó un paso. Porque si lo hicieron, tú eres el que lo paga.

¿Qué pasa si un producto se degrada?

Si un medicamento se degrada, puede perder eficacia. O peor: puede convertirse en tóxico. La degradación química puede generar compuestos que irritan el hígado, dañan los riñones o causan reacciones alérgicas. En medicamentos como la doxorrubicina (para cáncer), una pequeña degradación puede aumentar el riesgo de daño cardíaco.

En alimentos, la degradación puede generar toxinas. El aflatoxina en nueces o cereales es un ejemplo: se forma por moho y es cancerígena. No se ve, no se huele. Solo se detecta con análisis de laboratorio. Por eso, las empresas que no hacen pruebas de estabilidad no solo violan la ley: ponen en riesgo vidas.

¿Cuánto cuesta todo esto?

El mercado global de pruebas de estabilidad vale $2,840 millones en 2025. Se espera que crezca hasta $4,120 millones en 2028. El 68% de ese mercado es farmacéutico. Y la estabilidad representa el 5,3% del costo total de desarrollar un medicamento. Eso es $1,2 millones por producto en promedio. Un costo que muchas pequeñas empresas no pueden asumir. Por eso, los genéricos más baratos no siempre son los más seguros. A veces, simplemente no se hicieron las pruebas.

¿Qué pasa si uso un medicamento caducado?

Usar un medicamento caducado no siempre es peligroso, pero sí es arriesgado. La mayoría pierden eficacia, no se vuelven tóxicos. Pero algunos, como antibióticos, insulina o medicamentos para el corazón, pueden volverse ineficaces o generar subproductos dañinos. Nunca se debe usar un medicamento caducado sin consultar a un profesional.

¿Por qué algunos alimentos duran más que otros?

Depende de su composición. Los alimentos con alto contenido de agua, como sopas o yogures, se echan a perder más rápido porque favorecen el crecimiento de bacterias. Los alimentos secos, como arroz o pasta, duran más porque no hay agua para que crezcan microorganismos. El pH y la actividad de agua (aw) son los dos factores clave que los fabricantes controlan para extender la vida útil.

¿Las pruebas de estabilidad son iguales para medicamentos y alimentos?

No. Los medicamentos se rigen por normas internacionales como ICH y USP, con pruebas muy específicas de pureza química. Los alimentos siguen normas como las de la FDA o la UE, con énfasis en microbiología, textura y sabor. Pero ambos usan el mismo principio: medir cómo cambia el producto con el tiempo para garantizar seguridad y calidad.

¿Por qué los genéricos tienen diferentes fechas de caducidad que los de marca?

Porque tienen diferentes excipientes, envases o procesos de fabricación. Aunque el principio activo es el mismo, esos factores afectan la estabilidad. Un genérico puede tener una vida útil más corta porque su envase no protege bien de la humedad. O más larga porque su fórmula es más estable. No es un error: es un resultado de la formulación.

¿Es cierto que el cambio climático acorta la vida útil de los medicamentos?

Sí. Estudios del MIT indican que el aumento de temperaturas en almacenes y transporte reducirá la vida útil promedio de los medicamentos en casi 5 meses para 2050. Esto afecta especialmente a vacunas, insulinas y otros productos sensibles al calor. Las cadenas de suministro deberán adaptarse o perderán productos.

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