Cómo asegurar medicamentos durante reformas o mudanzas en casa
dic, 4 2025
Si estás en plena reforma de tu casa o preparando una mudanza, es probable que no pienses en tus medicamentos. Pero aquí está el problema: mientras mueves cajas, pintas paredes o desarmas armarios, tus pastillas pueden quedar expuestas al calor, la humedad, o peor aún, al alcance de niños o mascotas. Y eso no es solo un riesgo de seguridad: muchas medicinas pierden su eficacia si no se guardan bien.
¿Dónde NO guardar los medicamentos durante una mudanza o reforma?
No importa cuán apurado estés: nunca guardes medicamentos en el baño. La humedad del agua caliente, el vapor de la ducha y los cambios de temperatura hacen que muchos fármacos se degraden más rápido. Los glucómetros, por ejemplo, dan lecturas erróneas si los comprimidos o tiras reactivas se han expuesto a la humedad. Tampoco los guardes en la cocina cerca del horno o la nevera: los cambios térmicos son igual de dañinos.
Evita también dejarlos en el coche. Si estás moviendo cosas y dejas una caja de pastillas en el asiento trasero mientras vas de una casa a otra, el calor del sol puede elevar la temperatura dentro del vehículo hasta 60°C. Eso es suficiente para arruinar insulina, antibióticos, o incluso pastillas para la presión arterial. La insulina, que es una proteína, se daña si se congela o se calienta demasiado, y no hay forma de saberlo a simple vista.
Y por supuesto, no los dejes en el suelo, sobre mesas o en cajas abiertas mientras los empacas. Si un niño o una mascota pasa por ahí, puede confundir una pastilla con un caramelo. Según la EPA, más de la mitad de los estadounidenses toman medicamentos recetados regularmente -y en muchos hogares, los niños acceden a ellos por accidente durante momentos de caos como mudanzas.
¿Dónde SÍ guardarlos? El lugar seguro y estable
Lo ideal es encontrar un espacio en tu casa que no esté siendo reformado y que cumpla con dos condiciones básicas: temperatura constante y acceso restringido. Busca un armario en el pasillo, un cajón de la sala, o incluso un estante alto en la habitación que aún esté intacta. La temperatura ideal para la mayoría de los medicamentos es entre 15°C y 25°C -ni frío extremo ni calor excesivo.
Si tienes medicamentos que necesitan refrigeración -como ciertas insulinas, algunos antibióticos líquidos o tratamientos para la esclerosis múltiple-, necesitas una solución más cuidadosa. Usa una caja térmica con gel refrigerante y un termómetro pequeño para monitorear la temperatura. No los congeles: eso los destruye. Si vas a estar en tránsito más de unas horas, pregunta a tu farmacia si te pueden dar un equipo portátil de refrigeración.
Y aquí está lo más importante: guarda todo en sus envases originales. No los saques de las cajas ni los pases a bolsas de plástico sin etiquetas. Las pastillas sin nombre, dosis o instrucciones son un peligro. Si se pierden, no sabrás qué es cada cosa. Y si alguien más las toma, puede haber consecuencias graves.
La caja de seguridad: no es un lujo, es una necesidad
La EPA recomienda que los medicamentos se guarden en un armario cerrado con llave, una caja fuerte o incluso una caja de incendios con cerradura. Durante una mudanza o reforma, no puedes depender de tu armario de baño o del cajón de la mesita de noche. Necesitas un lugar seguro y fijo.
Si no tienes una caja fuerte, puedes usar una caja de plástico resistente con cerradura de clic, como las que se usan para herramientas o documentos importantes. Colócala en un lugar alto, fuera del alcance de los niños, y asegúrala con una cuerda o un candado si es necesario. No importa qué uses: lo clave es que sea impenetrable para pequeños y que solo tú o un adulto responsable puedas abrirlo.
Si estás en una habitación temporal, como un cuarto de hotel o un apartamento de alquiler mientras se repara tu casa, lleva tu caja de medicamentos contigo. No dejes que queden en el suelo de la habitación. Puedes colocarla dentro de una maleta cerrada con llave, o incluso en la caja fuerte del hotel si la tienes.
Qué hacer con los medicamentos que ya no usas
Antes de mudarte o empezar las reformas, haz una limpieza de tu botiquín. Tira lo que esté vencido, lo que ya no necesitas, o lo que te recetaron hace años y nunca usaste. Pero no lo tires a la basura ni lo tires por el inodoro -a menos que sea uno de los pocos medicamentos que la FDA recomienda así.
Los medicamentos de alto riesgo -como la fentanilo (Abstral, Actiq) o la hidrocodona (Vicodin, Norco)- deben desecharse por el inodoro porque son tan potentes que una sola pastilla puede matar a un niño. Para el resto, mezcla las pastillas con algo desagradable: café usado, arena para gatos, o incluso harina. Ponlo todo en una bolsa de plástico sellada, y luego sí, déjalo en la basura. Así nadie puede sacarlas y usarlas.
La mejor opción, si puedes, es llevarlos a un punto de recogida de medicamentos. En muchas farmacias de España, hay contenedores específicos para esto. Lleva tus pastillas sin abrir, en sus envases originales, y las recogen para destruirlas de forma segura. No las quemes, no las entres, no las tires en el río. El 67% de los hogares en Estados Unidos las desechan mal -y en España no es mucho diferente.
Planifica con tiempo: no lo dejes para el último momento
La clave para no tener problemas es empezar antes. Una semana antes de empezar las reformas o moverte, dedica un día a revisar tus medicamentos. Haz una lista: qué tienes, cuánto te queda, si necesitas recetas nuevas. Llama a tu médico o farmacéutico si tienes dudas sobre cómo guardar algo específico -especialmente si tomas medicamentos inyectables, hormonas o tratamientos para enfermedades crónicas.
Empaca tus medicamentos por separado del resto de tus cosas. No los metas en la misma caja que la ropa o los libros. Ponlos en una caja pequeña, claramente etiquetada como "MEDICAMENTOS - MANTENER SECO Y FRÍO". Llévalos contigo en el coche, no en el remolque. Si vas en camión de mudanzas, pídeles que los guarden dentro de la cabina.
Y cuando llegues a tu nueva casa, primero arma tu botiquín. Antes de desempacar la cocina, antes de colgar las cortinas, pon tus medicamentos en su nuevo lugar seguro. Así evitas que se pierdan, se dañen o se tomen por accidente.
Qué hacer si algo sale mal
Si un niño toma una pastilla sin saber qué es, llama inmediatamente al 112 o al centro de toxicología más cercano. No esperes a ver síntomas. Lleva la caja original con tú, para que los médicos sepan exactamente qué ingirió la persona.
Si te das cuenta de que tus medicamentos se calentaron demasiado durante el transporte -por ejemplo, si la insulina se volvió turbia o las pastillas se pegaron entre sí-, no las uses. Llama a tu farmacia. A veces pueden darte una nueva receta sin costo, especialmente si lo reportas como un accidente durante una mudanza.
Y si pierdes tus medicamentos por completo, no intentes tomar los de otra persona. Pide una receta de emergencia a tu médico. Muchos centros de salud tienen protocolos para casos como este.
¿Puedo guardar mis medicamentos en la nevera durante la mudanza?
Solo si el medicamento lo requiere, como la insulina o algunos antibióticos líquidos. Pero no los congeles. Usa una caja térmica con gel refrigerante y un termómetro para asegurarte de que la temperatura esté entre 2°C y 8°C. Si no tienes control de temperatura, mejor no arriesgues.
¿Qué hago si no tengo un armario con cerradura en mi nueva casa?
Puedes usar una caja de plástico resistente con cerradura, una caja de herramientas, o incluso una mochila con cierre de seguridad. Lo importante es que sea difícil de abrir para niños o visitas. Colócala en un lugar alto, como en un armario de la sala o en la parte superior de un armario del pasillo.
¿Es seguro dejar medicamentos en el coche durante una mudanza?
No. Las temperaturas dentro de un coche pueden subir hasta 60°C en un día soleado. Eso destruye muchos medicamentos, especialmente los que son sensibles al calor. Llévalos contigo en el asiento delantero, nunca en el maletero o en el remolque.
¿Debo tirar todos los medicamentos antes de mudarme?
No. Solo tira lo que esté vencido, lo que ya no necesitas, o lo que te recetaron hace años y no usaste. Guarda lo que sigues tomando. Si no estás seguro, pregunta a tu farmacéutico. Es mejor conservar lo útil que arriesgarte a quedarte sin tratamiento.
¿Cómo sé si un medicamento se ha dañado por el calor o la humedad?
Mira cambios visibles: pastillas que se rompen, se deforman, cambian de color, o tienen un olor extraño. Las cremas que se separan, las soluciones que se vuelven turbias o con partículas. Si ves algo así, no lo uses. Llama a tu farmacia. La mayoría de las veces, pueden reemplazarlo sin costo si lo reportas como daño por condiciones inadecuadas.

jonathan martinez
diciembre 5, 2025 AT 03:08Yo siempre guardo mis pastillas en una caja de plástico con cerradura, la pongo en el armario alto del pasillo. Nunca las dejo en el baño ni en la cocina, ya me pasó que una insulina se arruinó por el calor y tuve que ir a la farmacia corriendo. No vale la pena arriesgarlo.
Y sí, lleva los medicamentos contigo en el coche, no en el maletero. El sol en España pone el interior del coche como un horno.