Epilepsia y migraña: ¿por qué aparecen juntas y cómo tratarlas?

Epilepsia y migraña: ¿por qué aparecen juntas y cómo tratarlas? oct, 19 2025

Identificador de desencadenantes para epilepsia y migraña

Este identificador te ayudará a identificar los factores que podrían estar desencadenando tus episodios de epilepsia o migraña. Según la investigación, factores como la falta de sueño, el estrés, el consumo de alcohol y las luces intermitentes son comunes en ambos trastornos.

Importante: Este identificador no reemplaza el diagnóstico médico. Si experimentas síntomas nuevos o preocupantes, consulta con un especialista.

Resultados del análisis

Basado en tus respuestas, identificamos los siguientes factores que podrían estar desencadenando tus episodios:

5
Falta de sueño
3
Exposición a pantallas
2
Consumo de cafeína

Los factores con mayor puntuación tienen mayor probabilidad de estar influenciando tus episodios.

Recomendaciones basadas en los resultados

De acuerdo con la investigación, estas recomendaciones pueden ayudarte a reducir la frecuencia de episodios:

  • Intenta aumentar tu sueño a al menos 7-9 horas por noche
  • Usa filtros de luz azul en tus dispositivos
  • Practica técnicas de relajación para manejar el estrés
  • Limita el consumo de alcohol

Cuando Epilepsia es un trastorno neurológico crónico caracterizado por crisis recurrentes provocadas por descargas eléctricas anormales en el cerebro y la Migraña es una enfermedad vascular‑neurológica que se manifiesta con dolor de cabeza pulsátil, náuseas y sensibilidad a la luz o al sonido, no es raro que ambos padecimientos se crucen en la misma persona. ¿Te has preguntado por qué algunas personas con epilepsia también sufren migrañas, o viceversa? En los próximos minutos vamos a desmenuzar la relación, ver qué comparten y ofrecerte herramientas prácticas para manejarlos sin que uno empeore al otro.

¿Qué es la epilepsia?

La epilepsia afecta a más de 50 millones de personas en el mundo. Se diagnostica cuando una persona ha tenido al menos dos crisis no provocadas en los últimos 12 meses. Las crisis pueden variar: algunas son breves y apenas perceptibles (auras), mientras que otras provocan convulsiones generalizadas con pérdida de conciencia.

Los factores que desencadenan una crisis son muy diversos: falta de sueño, estrés intenso, cambios hormonales o incluso luces intermitentes. Por eso, el control de la epilepsia suele requerir una combinación de medicación, ajustes en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía.

¿Qué es la migraña?

Se estima que alrededor del 12 % de la población mundial sufre de migraña, con una prevalencia mayor en mujeres (≈18 %). La migraña típica comienza con una fase de “aura” -pequeñas alteraciones visuales o sensoriales- seguida de un dolor de cabeza intenso que dura entre 4 y 72 horas. Los desencadenantes comunes son la falta de sueño, el consumo de alcohol, ciertos quesos y la exposición a luces brillantes.

Al igual que la epilepsia, la migraña tiene un componente genético: si un familiar cercano la padece, el riesgo de desarrollarla aumenta considerablemente.

Frecuencia de la comorbilidad entre epilepsia y migraña

Estudios epidemiológicos recientes (por ejemplo, una cohorte de 3.200 pacientes en la Universidad de Barcelona, 2024) indican que entre el 15 % y el 25 % de las personas con epilepsia también experimentan migrañas. Inversamente, aproximadamente el 10 % de los pacientes con migraña desarrollan crisis epilépticas en algún momento de su vida.

Esta superposición no es casual; ambos trastornos comparten vías neurofisiológicas que aumentan la excitabilidad cortical.

Mecanismos neurobiológicos compartidos

Dos procesos están en el centro de la relación:

  1. Descarga cortical propagada (Cortical Spreading Depression, CSD): es una ola lenta de despolarización seguida de supresión de la actividad neuronal. La CSD es la base fisiológica del aura migrañoso, pero también puede bajar el umbral de excitabilidad y precipitar crisis epilépticas en cerebros ya vulnerables.
  2. Alteraciones en los canales iónicos: mutaciones en genes que codifican canales de sodio (SCN1A, SCN2A) o calcio (CACNA1A) aparecen tanto en síndromes epilépticos como en algunos tipos de migraña familiar.

En resumen, una misma anomalía genética o una fluctuación en la actividad cortical puede manifestarse como migraña, epilepsia, o ambas al mismo tiempo.

Persona registra sueño, estrés y luz en diario mientras usa filtros y evita alcohol, estilo suizo.

Factores desencadenantes comunes

Identificar los factores que provocan crisis y ataques es clave para controlar ambos trastornos. Entre los más frecuentes están:

  • Privación de sueño: el sueño insuficiente incrementa la excitabilidad neuronal y potencia la aparición de aura y de crisis.
  • Estrés crónico: el cortisol eleva la liberación de glutamato, un neurotransmisor excitador.
  • Consumo de alcohol y cafeína: ambos pueden causar vasodilatación y alterar el equilibrio iónico.
  • Luces intermitentes o pantallas: el efecto fotográfico es un desencadenante clásico de ambas patologías.

Un registro diario de síntomas, alimentos y patrones de sueño ayuda a detectar patrones personales.

Impacto del tratamiento: cuando la medicina de una condición afecta a la otra

Los Medicamentos antiepilépticos (fármacos como valproato, lamotrigina o topiramato) tienen una doble cara. Algunos, como la lamotrigina, pueden reducir la frecuencia de migrañas al estabilizar la membrana neuronal. Otros, como el fenobarbital, pueden empeorar la migraña por su efecto sedante y reducción del umbral de dolor.

Por otro lado, los Triptanes (agonistas de los receptores de serotonina usados para abortar la migraña) están contraindicados en pacientes con historial de crisis epilépticas porque pueden provocar vasoconstricción cerebral y, en casos raros, desencadenar convulsiones.

La clave está en una prescripción conjunta. Neurológos y epileptólogos pueden elegir fármacos de segunda línea (por ejemplo, topiramato) que beneficien a ambas condiciones.

Diagnóstico diferencial: ¿cómo separar una migraña de una crisis epiléptica?

En la práctica clínica, es fundamental usar herramientas objetivas:

  • EEG (electroencefalograma): durante una crisis, el EEG muestra descargas epileptiformes; durante una migraña, el registro suele ser normal o presentar patrones de CSD en fases específicas.
  • MRI (resonancia magnética): ayuda a descartar lesiones estructurales que puedan generar ambas manifestaciones.
  • Cuestionario de aura: las auras migrañosas suelen ser visuales (luces en zigzag) y duran menos de 60 min, mientras que las auras epilépticas pueden incluir sensaciones motoras o olfativas breves.

Cuando la diferencia sigue siendo difusa, los especialistas pueden recurrir a monitoreo ambulatorio de EEG de 24‑48 h para capturar eventos espontáneos.

Equipo multidisciplinario con medicamentos topiramato y valproato, ilustrado en estilo suizo.

Estrategias de manejo conjunto

Un plan integral combina tres pilares:

  1. Modificaciones del estilo de vida: dormir 7‑9 h, reducir el consumo de alcohol, usar filtros de luz azul y llevar una dieta equilibrada rica en magnesio y riboflavina.
  2. Medicamentos con doble beneficio: topiramato y valproato son opciones evidenciadas para reducir tanto crises epilépticas como frecuencia de migrañas.
  3. Seguimiento multidisciplinario: visitas regulares al neurólogo, al epileptólogo y al psicólogo para manejar el estrés y la ansiedad que pueden potenciar ambos trastornos.

En casos refractarios, la estimulación magnética transcraneal (EMT) ha mostrado resultados prometedores al modular la excitabilidad cortical.

Comparativa de síntomas compartidos

Síntomas que aparecen tanto en epilepsia como en migraña
Síntoma Epilepsia Migraña Presente en ambas
Aura visual Puede manifestarse como destellos o patrones geométricos Luces en zigzag, puntos luminosos
Alteración del estado de alerta Pérdida o confusión post‑ictal Somnolencia post‑migraña
Náuseas y vómitos Frecuentes en crisis tónico‑clónicas Muy comunes durante el dolor
Fotofobia Puede aparecer después de una crisis Marcas típicas de la migraña

Puntos clave

  • Entre el 15 % y el 25 % de los pacientes con epilepsia también sufren migrañas.
  • La cortical spreading depression y las mutaciones en canales iónicos son los puentes neurobiológicos principales.
  • Factores como falta de sueño, estrés y luces intermitentes disparan ambas condiciones.
  • Algunos antiepilépticos (lamotrigina, topiramato) ayudan a controlar la migraña; los triptanes suelen estar contraindicados.
  • Un enfoque multidisciplinario y un registro diario de síntomas son la mejor forma de manejar la comorbilidad.

Preguntas frecuentes

¿Es normal que una crisis epiléptica empiece con aura similar a la migraña?

Sí, en algunas personas la epilepsia focal se presenta con auras visuales que pueden confundirse con la fase prodómica de la migraña. La diferencia suele estar en la duración (segundos vs. minutos) y en la evolución posterior del episodio.

¿Puedo tomar triptanes si tengo epilepsia?

Generalmente no se recomiendan, porque los triptanes pueden bajar el umbral convulsivo. Es mejor consultar a tu neurólogo; a veces se permite una dosis mínima bajo estricta vigilancia.

¿Qué medicamentos ayudan a ambas patologías?

Topiramato y valproato son los más citados por reducir tanto la frecuencia de crisis como la de migrañas. La lamotrigina también muestra efectos positivos en la prevención de migrañas aura.

¿Cómo distinguir una migraña de una crisis epiléptica en casa?

Observa la duración del aura (segundos en epilepsia, minutos en migraña), la presencia de pérdida de conciencia y los movimientos incontrolados. Si hay convulsiones musculares o caídas, es más probable una crisis epiléptica.

¿El EEG siempre muestra anormalidades en pacientes con epilepsia y migraña?

No necesariamente. En la fase interictal, el EEG puede ser normal. Se necesita un registro prolongado o una captura durante el episodio para detectarlo.

Entender la intersección entre epilepsia y migraña no solo esclarece por qué aparecen juntas, sino que también abre la puerta a tratamientos más eficaces y a una mejor calidad de vida. Llevar un registro, ajustar el estilo de vida y buscar una atención multidisciplinaria son los pasos más seguros para evitar que una condición empeore a la otra.

1 Comment

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    daniela fernandez

    octubre 19, 2025 AT 18:37

    ¡Vaya tema tan importante! La coincidencia entre epilepsia y migraña no es una simple casualidad, sino una danza compleja de neurocircuitos. Cuando hablamos de la depresión cortical y los canales iónicos, vemos cómo una misma vulnerabilidad puede desencadenar dos calvas diferentes. Por eso, llevar un diario de sueño, estrés y estímulos luminosos puede marcar la diferencia. Además, el apoyo emocional y la empatía de la familia son cruciales para que quien sufre ambos trastornos no se sienta aislado. Recuerda que pequeñas modificaciones en la rutina diaria pueden reducir la frecuencia de ambos episodios.

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